viernes, 30 de diciembre de 2011

Oropeles ficticios

No me quieras casta y pura
quiéreme puta y transgresora
de tus mezquinos principios
al servicio de una moral vacía
de pobre vestimenta
horadando al ras del piso
tu pobre banalidad
aún cuando tus pretensiones
se elevan a las atmósferas
adonde lo ficticio y moralmente aceptado
sufre de cefaléas crónicas y cósmicas
de ahuecado sustento ético
donde el oropel más caro
es el que mejor se subasta
y la ironía juega su rol magistral
al servicio de los bufones
disfrazados con trajes de dogmas y frivolidad.
Entonces seguro me quieres fuera
de la visión de austeridad
vestida para la ocasión
como tu dama consorte
con perlas de cultivo
que sirven para alabanzas
a falsas modestias
de ostentosa pretensión
y es en el centro mismo de esa atmósfera
que deseo retornar a mis orígenes
los que ocultas para el oropel
y que valoras en la intimidad
cuando me despojas
de mis atuendos
excitándote mi piel
como único traje
que arrulla tu ser
en esta intimidad de simplezas
donde ahogas tus frustraciones
por una esencia perdida
que añoras, que besas, que bebes
de mi más cara simplicidad
donde la felicidad no se compra
ni es moneda corriente
que pueda ostentar tu vanidad.


Elbi (Derechos reservados )
El futuro

Y se muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.


Julio Cortázar

Fotografía Bruce Berrien
Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.

Julio Cortázar

Fotografía Escher

Incertidumbre

Me vi a mi misma imperturbable
girando en el eje
de mi incertidumbre
llegando a la recta de un camino
que no sé si es el comienzo
o el final de mis sueños
en una esquina quieta
adonde los anhelos crecen
echando raíces en la geometría
de mi universo
en un paisaje tibio
que gira a mi alrrededor
con la premura impiadosa del tiempo
que se acalla en un ocaso
al límite azaroso de mi vida
y mi presuntuosa aspiración
de reposar en una morada confortable
al destello infinito de la aurora.

Elbi (Derechos reservados)

Fotografía Georg Oddner ( Mar del Norte)
 

domingo, 4 de diciembre de 2011

Al final del camino

En que lugar te encuentro,
cual será el camino dorado
que me lleve adonde estés en este instante,
quizás se volvió solitario para siempre  
y me enfrento al óxido cotidiano
que nos envolvió en su bruma
 acuñados en las estructuras
de los sagrados principios
de la intolerancia.
Y ya nada es igual en mi vida
ya nada da lo mismo,
puedo andar y desandar caminos
o quedarme a la vera suspendida,
y es seguro que buscaré  
un fragmento de tu piel,  
o aquella mirada
que arrogante esbozaba
los contornos de mis emociones,
como si de ti dependiera  
el destino de mis alegrías.
Porque yo te veía
y podía presentirte en tu universo
y por momentos pretender  
que compartíamos un mismo sueño
de exquisitas  sensaciones,
sin imaginarnos las escalas
o el punto final.  
Presumía que podíamos desaparecer
por un exceso de  sentimientos,
no imaginé el instante mismo de la nada,
ni el abismo de tus silencios,
o la despedida
que nuestras bocas no pronunciaron,
desvaneciéndome 
en la brisa  cotidiana,
removiendo los escombros
de lo que fue mi visión de la felicidad.
Tan despojado quedó  
mi universo de ternuras
que un día mis emociones 
emigraron como pájaros heridos
con sus alas explayadas  
al vibrante ondear de su vuelo.
Sucumbiendo abatidas
en la profundidad
de un horizonte efímero.


Elbi  (Derechos reservados) 

Fugacidad

¿Adónde va el amor, por más que duela
el corazón a cada estrecho paso;
con qué peso se hunde, en qué fracaso
el beso se anonada y se cancela?
Abrígalo si puedes: va que vuela
su precario calor, al cielo raso.
Mira que con frecuencia se da el caso
de que a la vuelta el velo se desvela.
¿Adónde vamos a parar con tanta
ráfaga que se va por un postigo,
si el cisne se nos muere cuando canta?
¿Qué puede alimentarnos este trigo
que siempre se nos queda en la garganta?
¿Adónde vamos a parar, amigo?

Alfonso Canales ( 1923-2010 )

viernes, 2 de diciembre de 2011

Soledad despoblada

 
Tengo una soledad tan despoblada
tan ausente de tu rostro
de palabras en el aire
de bulliciosa armonía
de parir ternuras
de reir alegrías
de llorar mis penas.
Tengo una soledad tan despoblada
de mis días de vos
de la luna en mi lecho
de quedarnos sin aire
de morir un instante
de dormir en tu pecho
de exhalar un suspiro
de extraviarme en tu aliento.
Tengo una soledad tan despoblada
de mis futuros abismos
de la ternura ausente
del caudal de tu risa
de las esferas vacías
de este dolor latente
poblando  mi soledad.


Elbi (Derechos reservados)